lunes, 28 de febrero de 2011

IL2 Sturmovik: Birds of Prey


Hasta hace una semana no había jugado nunca a un simulador de vuelo. Bueno, miento; jugué la demo cuando salió, hace uno o dos años, y me gustó mucho, pero en aquel momento no quería gastarme un dineral en un juego que quizá odiaría. Y cuando lo vi barato no pude resistirme.
Se trata, obviamente, de un simulador aéreo de combate ambientado en la Segunda Guerra Mundial. A través de una campaña que explora la Batalla de Inglaterra, Stalingrado y Berlín (entre otras) vas realizando misiones de corte diverso, como escoltar a bombarderos, derribar escuadrones de cazas, destruir objetivos en tierra o volar bajo y atacar por sorpresa. La duración de la campaña no es gran cosa, en unas 10 horas la has acabado; pero se desbloquean misiones individuales (unas 30) que le dan mucha más vida al juego. Además, sorprendentemente, existe un modo online que, aunque bastante despoblado, es una experiencia interesante (el modo de juego de tomar aeródromos es muy divertido).
Los aviones están detalladísimos, y en la mayoría está disponible la visión desde la cabina. Gráficamente es muy impresionante, con grandes paisajes muy realistas. Cuando te acercas al nivel del suelo pierden mucho detalle, pero al fin y al cabo son extensiones inmensas y modelar edificios al máximo sería una pérdida de tiempo.
El daño en los aviones es increíble; los impactos se corresponden milimétricamente con los balas que atraviesan el avión. No hay unos daños predefinidos; cada ráfaga es distinta, y el detalle puesto en este apartado es de sobresaliente. Como no puedo hacer capturas de mi partida, tendréis que fiaros de lo que digo.
La música es la habitual en este tipo de juegos, orquestal, como la que puso de moda Medal of Honor cuando metió la Segunda Guerra Mundial en la primera Playstation. Correcta en general, épica en ocasiones.
El control es lo más importante de todo esto que estoy soltando. Los que quieren jugar a un simulador de vuelo se van al PC, pues ofrece la experiencia más realista posible. Así que el público de las consolas no está muy acostumbrado que se diga al exigente control de un avión. Por ello, introdujeron tres dificultades: arcade, simulador y realista.
Arcade es lo que cualquiera esperaría: control facilón, batallas mega épicas y un montón de derribos en cada misión. Puedes hacer cualquier maniobra, por compleja que sea, sin miedo a que tu piloto se quede medio ciego o que el avión entre en barrena. Además, hay un tipo de cámara que te pemrite seguir al objetivo, dando como resultado unas panorámicas de gran belleza. Aquí es donde empecé, y por donde debería empezar cualquiera que no sepa nada de simuladores.
Simulador: las cosas se ponen mucho más difíciles. El control es extremadamente sensible, y hasta que te haces con él caerás mil veces en barrena. Nada de giros bruscos, nada de ascensos infinitos, nada de fliparte. El salto en dificultad es enorme. Cuando disparas se desestabiliza el avión, y tienes que controlar la deriva de los disparos mientras sigues a tu presa y evitas que te derriben. Aterrizar es toda una experiencia (yo aún sigo intentándolo).
Realista: ni idea, porque aún no lo he probado. Tiene que ser durísimo, porque simulador ya es muy difícil. Cuando me pase e juego en simulador probaré, pero probablemente me expulsen de la RAF por destruir más aviones aliados que enemigos.

Detalles a mejorar: duración, que se echa en falta un poco más. Controlar aviones del Eje (sólo puedes en el modo online y en entrenamiento). Las vidas vidas infinitas (al inicio de cada misión puedes seleccionar cuántas reapariciones tendrás; bonito gesto de fe).

En general se trata de un gran título, muy recomendado para los que, como yo, querían probar este género sin miedo a ser terriblemente humillados por una videoconsola. Imagino que los puristas pasarán de él, y no les culpo; tiene que molar controlar el avión con un joystick (los hay para PS3, pero es un gasto absurdo, por decirlo de manera suave).

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