Gran Turismo 5: ¿a qué juegan?

Mientras escucho el fantástico especial de medianoche, voy a hablarles del Gran turismo 5.
Este videojuego lleva años en desarrollo, alrededor de 5. Se trata de un simulador de conducción con unos gráficos extremadamente realistas, una colección de vehículos inigualable y un control, según dicen, hiper realista. O sea, que estamos ante una obra grande, que requiere su tiempo y, especialmente, su inversión monetaria.
Bien. El problema es que llevan anunciando la salida de este título desde hace mucho tiempo. Incluso salió una especie de mini-beta, el GT Prologue, en un intento de dar al pueblo pan y circo. Porque los retrasos eran cada vez más sonados y el público empezaba a cansarse.
Hace dos o tres días se daba la noticia de que GT5 se retrasaba una vez más, a un mes escaso de salir. Y esta vez me ha dado mala espina. ¿Por qué?
Por la fantagruélica y maravillosa navidad. Esta feliz época del año en que se venden videojuegos como churros, y cada vez más. Pues bien; si ya hemos esperado tanto, ¿qué más da un poco más? ¿Qué es un mes o dos después de un año? Así que aprovechamos y hacemos el hit combo juegazo esperadísimo+navidad y recaudamos tanta pasta que nos podemos jubilar y hasta quizá comprar un dinosaurio. Y felices todos.
En fin, es paranoia pura, pero si algo soy es paranoico. Pero si ven Gran Turismo 5 anunciado para mediados de diciembre, acuérdense un momento de mí.
Por cierto, no lo jugaré (o al menos no me lo compraré). No era malo con los juegos de coches, pero llegó un día en que me cansé de dar vueltas a circuitos. Simplemente me aburrí. Una pena que hayan caído en el olvido los Destruction Derbi, los Wipeout y si me apuras los Burnout, y que Need for Speed se lleve prostituyendo desde hace años. Los juegos de dar vueltas a un circuito, sin más aliciente que llegar el primero y ganar pasta, me aburren. Pero es lo que hay.