Hacía tiempo que no reseñaba un juego con solera. Esta vez se trata de Mirror's Edge, un título de 2008.
Me lo dejaron hace meses y no le había dado una oportunidad hasta ahora. Mira que el juego me llamaba la atención, pero me faltaba un empujoncillo para empezarlo. Debido a que hoy no me apetecía un carajo pintar he seguido con él y me lo he terminado. Echémosle un vistazo.
Lo primero que llama la atención es el entorno. Colores muy vivos, matiz muy saturado, contrastes fuertes. La sensación es muy impactante, y me ha gustado muchísimo. La ciudad da una imagen aséptica muy a juego con el trasfondo, y además el jugador puede guiarse por los colores para saber adónde debe ir. En serio, maravilloso.
Después vemos el gameplay. Acostumbrado a "R1+totieso" de Assassin's Creed Mirror's Edge me ha puesto en un aprieto. Al principio me ha costado hacerme con las combinaciones de botones, pero al final no he tenido más problemas que los que Faith, la protagonista, me daba.
Y es que hay que darle una colleja grande al control. En este juego un control pulidísimo es de importancia capital; sin embargo, me he visto cayendo una y otra vez debido a que Faith no se agarraba a un puto saliente que tenía enfrente o porque no saltaba cuando yo se lo ordenaba. Digamos que no afecta en un 90% de las veces... pero cuando afecta jode mogollón.
El juego es divertido. Mucho. Dar saltos y corretear constantemente dan una sensación maja. Hay cierta sensación de libertad, porque aunque el objetivo esté claro muchas veces puedes alcanzarlo de varias maneras.
Los combates son un poco ortopédicos, no obstante. Aunque el juego tenga un fuerte componente de huída, en ocasiones no habrá otra eleción más que liarse a hostias. Y como el sistema de combate no está muy trabajado muchas veces daremos golpes al aire teniendo la puta cabeza del enemigo enfrente. No llega a ser desastroso, pero sí frustrante.
La historia es corta y efectiva, con giros no asombrosos. Al menos coges cariño a Faith y a Merc, un colega runner que te chiva cosas por radio. Se desarrolla en un futuro distópico, en el que el Gobierno controla a la población con mano de hierro (esto me suena de algo...). Hay una serie de personas que intentan evadir este control, y tú trabajas para ellas. El chantaje, el asesinato y los sobornos son el pan nuestro de cada día.
La banda sonora pasa muy desapercibida. Y es una pena, porque no está mal. Le dan poca importancia y eso no me gusta.
Y bueno, decir que aunque sea un juego con 4 años ha envejecido muy bien. Recomendado si queréis un reto de habilidad y queréis algo alejado de los First Person de ahora.
Me lo dejaron hace meses y no le había dado una oportunidad hasta ahora. Mira que el juego me llamaba la atención, pero me faltaba un empujoncillo para empezarlo. Debido a que hoy no me apetecía un carajo pintar he seguido con él y me lo he terminado. Echémosle un vistazo.
Lo primero que llama la atención es el entorno. Colores muy vivos, matiz muy saturado, contrastes fuertes. La sensación es muy impactante, y me ha gustado muchísimo. La ciudad da una imagen aséptica muy a juego con el trasfondo, y además el jugador puede guiarse por los colores para saber adónde debe ir. En serio, maravilloso.
Después vemos el gameplay. Acostumbrado a "R1+totieso" de Assassin's Creed Mirror's Edge me ha puesto en un aprieto. Al principio me ha costado hacerme con las combinaciones de botones, pero al final no he tenido más problemas que los que Faith, la protagonista, me daba.
Y es que hay que darle una colleja grande al control. En este juego un control pulidísimo es de importancia capital; sin embargo, me he visto cayendo una y otra vez debido a que Faith no se agarraba a un puto saliente que tenía enfrente o porque no saltaba cuando yo se lo ordenaba. Digamos que no afecta en un 90% de las veces... pero cuando afecta jode mogollón.
El juego es divertido. Mucho. Dar saltos y corretear constantemente dan una sensación maja. Hay cierta sensación de libertad, porque aunque el objetivo esté claro muchas veces puedes alcanzarlo de varias maneras.
Los combates son un poco ortopédicos, no obstante. Aunque el juego tenga un fuerte componente de huída, en ocasiones no habrá otra eleción más que liarse a hostias. Y como el sistema de combate no está muy trabajado muchas veces daremos golpes al aire teniendo la puta cabeza del enemigo enfrente. No llega a ser desastroso, pero sí frustrante.
La historia es corta y efectiva, con giros no asombrosos. Al menos coges cariño a Faith y a Merc, un colega runner que te chiva cosas por radio. Se desarrolla en un futuro distópico, en el que el Gobierno controla a la población con mano de hierro (esto me suena de algo...). Hay una serie de personas que intentan evadir este control, y tú trabajas para ellas. El chantaje, el asesinato y los sobornos son el pan nuestro de cada día.
La banda sonora pasa muy desapercibida. Y es una pena, porque no está mal. Le dan poca importancia y eso no me gusta.
Y bueno, decir que aunque sea un juego con 4 años ha envejecido muy bien. Recomendado si queréis un reto de habilidad y queréis algo alejado de los First Person de ahora.
Yo probé la demo y me gustó pero siempre me tiraba para atrás gastarme cualquier cifra de dinero en él. Supongo que algún día lo jugaré porque tiene pinta al menos de ser muy diferente a lo habitual.
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