Y ya no sólo lo digo yo, sino responsables de la saga. Por lo visto el XIV ha salido tan mal (peor aún que el XI, XII y XIII, no les digo más) que los japonésidos están cantando el himno de la vergüenza. El XIV es ese juego online con límite de horas jugables por semana y, por lo visto, cantidades salvajes de errores (ríete tú de Bethesda, los reyes del género). Tanto es así que se habla de "rehacer el juego entero" a base de parches. WOW.
Así que bueno, podemos decir adiós definitivamente a una de las sagas más emblemáticas. Aunque quizá debería decir marca comercial, porque cuando de los treinta mil juegos que se llaman Final Fantasy ninguno tiene que ver con el anterior (¿qué dices del X-2? no te escucho con tanto jaleo) no se puede llamar saga. ¿Les salvará de la hoguera el XIII Versus? ¿Lo sacarán algún día?
Ahí al noticia.
Final Fantasy es una hez y apesta
miércoles, 28 de septiembre de 2011
lunes, 26 de septiembre de 2011
Ermitaño paranoide #2
Mientras escucho la banda sonora del Deus Ex doy rienda suelta a mis benditas paranoias.
Los smartphones están de moda. El iPhone fue un éxito tan rotundo que las demás compañías se pusieron a diseñar un competidor a toda hostia. El marketing funcionó, un tipo listo pensó en la palabra smartphone (en inglés smart significa "elegante" o "inteligente") y ahora sientes no sólo que tu móvil sea listo, sino que tú también lo eres por extensión. Los móviles antiguos deben de ser ahora los stupidphones, o los dumbphones, o vete tú a saber.
¿Que qué tengo en contra de esto? Nada en particular. Además de, por supuesto, la parafernalia que se ha montado alrededor. Si no tienes un smartphone no molas, no estás in, no eres cool. Si no puedes actualizar facebook con una foto de ti mismo hecha con un HTC en el Sitio Emblemático De Turno eres un carcamal testigo de tiempos pretéritos. Si no tienes WhatsApp, la aplicación por excelencia, no molas porque la gente tiene que gastarse dinero en enviarte mensajes. Si la batería de tu móvil dura más de un par de horas eres un mierda, definitivamente.
Pero esto tiene sus entresijos, además de la pataleta de un pobre diablo. La tarifa de datos es el primero. Pongamos, por ejemplo, que tu tarifa es de 500 megas de descarga (expresión que aún no entiendo bien, sinceramente; ¿cuentan sólo los programas? ¿cuentan las cookies, los archivos temporales, la mierda en general que generan los exploradores web? ¿las actualizaciones del navegador?) más algo en llamadas, que por lo visto aún sirven para llamar. Entre 20 y 30 euros, tirando de inventiva. Bueno, no es un precio excesivo por tener un cacharro con conexión a internet continua, pero en cuanto se me gastan los 500 megas (que no sé cuánto pueden durar) me voy a la mierda. Cada mensaje que envío se suma a esos 20-30 euros. Cada llamada fuera de mi horario establecido me cuesta una pasta. Comprar alguna aplicación uno o dos euros. Tengo que preguntar a mis amigos cuánto pagan de media al mes por el smartphone, a ver si estoy totalmente equivocado. Y al final, si lo utilizas para mandar whatsapps diciendo "culo", no sé si la cosa merece la pena.
Ah, las reuniones sociales. Me pregunto cuántos de vosotros no habéis sufrido esa situación tan cómoda de ver a un par de amigos tuyos enfrascados en su minimundo de aplicaciones y mensajes instantáneos mientras el resto habla y se relaciona. Es más, voy a lanzar una plataforma para reivindicar la figura del autoantisocial, personaje entrañable que no da guerra y que se entretiene con sus cosas.
Por lo visto, según me dicen algunos usuarios, la memoria del propio terminal y las tarjetas extraíbles no tienen por qué estar conectadas. Según parece facebook es una aplicación que te obliga a instalarla (una aplicación que te obliga a hacer cosas????) en la memoria interna, con pleno acceso a tu agenda. Esto da para una entrada entera, pero pasémoslo por alto. Resulta que muchas aplicaciones tienen este requisito, y al final la memoria del terminal es tan escasa que tienes que hacer malabares para que te quepa lo que quieres. El colmo del absurdo. Ah, y las aplicaciones te las bajas por tu cuenta y riesgo. Te dicen bien clarito que lo que hay en el market, o en la store, o en el tienducho, no ha sido revisado y que si te fías allá tú. Pues cojonudo, oiga. Bueno, mención aparte a Microso... digo a Apple, que tiene bien controlado su iPhone y por lo visto hay que crackearlo para que puedas usar Skype y otro software demoníaco.
En fin, ideas desorganizadas sobre el pasado y el futuro. Si alguna vez acabo con un smartphone en las manos podréis echarme en cara esta entrada. Salvo que la borre entrando aquí desde el smartphone gastando preciosos megas de descarga en algo que puedo hacer mucho mejor en un ordenador normal y corriente. Eh, pero estaré in.
Ea, a ser felcies.
Los smartphones están de moda. El iPhone fue un éxito tan rotundo que las demás compañías se pusieron a diseñar un competidor a toda hostia. El marketing funcionó, un tipo listo pensó en la palabra smartphone (en inglés smart significa "elegante" o "inteligente") y ahora sientes no sólo que tu móvil sea listo, sino que tú también lo eres por extensión. Los móviles antiguos deben de ser ahora los stupidphones, o los dumbphones, o vete tú a saber.
¿Que qué tengo en contra de esto? Nada en particular. Además de, por supuesto, la parafernalia que se ha montado alrededor. Si no tienes un smartphone no molas, no estás in, no eres cool. Si no puedes actualizar facebook con una foto de ti mismo hecha con un HTC en el Sitio Emblemático De Turno eres un carcamal testigo de tiempos pretéritos. Si no tienes WhatsApp, la aplicación por excelencia, no molas porque la gente tiene que gastarse dinero en enviarte mensajes. Si la batería de tu móvil dura más de un par de horas eres un mierda, definitivamente.
Pero esto tiene sus entresijos, además de la pataleta de un pobre diablo. La tarifa de datos es el primero. Pongamos, por ejemplo, que tu tarifa es de 500 megas de descarga (expresión que aún no entiendo bien, sinceramente; ¿cuentan sólo los programas? ¿cuentan las cookies, los archivos temporales, la mierda en general que generan los exploradores web? ¿las actualizaciones del navegador?) más algo en llamadas, que por lo visto aún sirven para llamar. Entre 20 y 30 euros, tirando de inventiva. Bueno, no es un precio excesivo por tener un cacharro con conexión a internet continua, pero en cuanto se me gastan los 500 megas (que no sé cuánto pueden durar) me voy a la mierda. Cada mensaje que envío se suma a esos 20-30 euros. Cada llamada fuera de mi horario establecido me cuesta una pasta. Comprar alguna aplicación uno o dos euros. Tengo que preguntar a mis amigos cuánto pagan de media al mes por el smartphone, a ver si estoy totalmente equivocado. Y al final, si lo utilizas para mandar whatsapps diciendo "culo", no sé si la cosa merece la pena.
Ah, las reuniones sociales. Me pregunto cuántos de vosotros no habéis sufrido esa situación tan cómoda de ver a un par de amigos tuyos enfrascados en su minimundo de aplicaciones y mensajes instantáneos mientras el resto habla y se relaciona. Es más, voy a lanzar una plataforma para reivindicar la figura del autoantisocial, personaje entrañable que no da guerra y que se entretiene con sus cosas.
Por lo visto, según me dicen algunos usuarios, la memoria del propio terminal y las tarjetas extraíbles no tienen por qué estar conectadas. Según parece facebook es una aplicación que te obliga a instalarla (una aplicación que te obliga a hacer cosas????) en la memoria interna, con pleno acceso a tu agenda. Esto da para una entrada entera, pero pasémoslo por alto. Resulta que muchas aplicaciones tienen este requisito, y al final la memoria del terminal es tan escasa que tienes que hacer malabares para que te quepa lo que quieres. El colmo del absurdo. Ah, y las aplicaciones te las bajas por tu cuenta y riesgo. Te dicen bien clarito que lo que hay en el market, o en la store, o en el tienducho, no ha sido revisado y que si te fías allá tú. Pues cojonudo, oiga. Bueno, mención aparte a Microso... digo a Apple, que tiene bien controlado su iPhone y por lo visto hay que crackearlo para que puedas usar Skype y otro software demoníaco.
En fin, ideas desorganizadas sobre el pasado y el futuro. Si alguna vez acabo con un smartphone en las manos podréis echarme en cara esta entrada. Salvo que la borre entrando aquí desde el smartphone gastando preciosos megas de descarga en algo que puedo hacer mucho mejor en un ordenador normal y corriente. Eh, pero estaré in.
Ea, a ser felcies.
viernes, 16 de septiembre de 2011
Joder con el Deus Ex: HR, y noticias
Benditas sean las personas que han hecho este videojuego. Benditas sean, por Cthulhu.
Le he echado el guante al Deus Ex: Human Revolution y he recuperado la fe en los shooters. Alguien en la industria pensó (y me extraña que sea Square Enix, sí sí, los del final fantasy XIII y XIII-2), y se pusieron a hacer un pedazo de videojuego. Yo creo que más bien ha sido el equipo de EIDOS, y que square ha puesto pasta o nombre. En cualquier caso, enhorabuena. Cuando termine el juego, análisis. Pero os digo desde ya que este título no sólo merece la pena, sino que para mí va a ser el juego del año.
En otro orden de cosas:
- El "nuevo" call of duty está a dos meses de salir y no digo ninguna novedad si afirmo que romperá el récord de ventas de un videojuego. Si esto es bueno o malo lo dejo a su elección.
- AH! Hasta el 20 de septiembre está gratis "Portal" en la plataforma Steam. Me han hablado maravillas de este juego y ahora podré probarlo.
- Nintendo la está cagando día sí día también con la 3DS, primero bajando el precio al mes de sacarla y después añadiéndole un joystick rarazo que se vende aparte.
- "DMC" sigue dándoem náuseas.
- Battlefield 3 está que lo parte con vídeos muy espectaculares. Ojalá acabe siendo mucho más que una copia del modern warfare, y ojalá le dé una hostia a activision en la cara.
- Los medios están muy pesados con PSVita.
Y poco más. Jueguen, jueguen.
Le he echado el guante al Deus Ex: Human Revolution y he recuperado la fe en los shooters. Alguien en la industria pensó (y me extraña que sea Square Enix, sí sí, los del final fantasy XIII y XIII-2), y se pusieron a hacer un pedazo de videojuego. Yo creo que más bien ha sido el equipo de EIDOS, y que square ha puesto pasta o nombre. En cualquier caso, enhorabuena. Cuando termine el juego, análisis. Pero os digo desde ya que este título no sólo merece la pena, sino que para mí va a ser el juego del año.
En otro orden de cosas:
- El "nuevo" call of duty está a dos meses de salir y no digo ninguna novedad si afirmo que romperá el récord de ventas de un videojuego. Si esto es bueno o malo lo dejo a su elección.
- AH! Hasta el 20 de septiembre está gratis "Portal" en la plataforma Steam. Me han hablado maravillas de este juego y ahora podré probarlo.
- Nintendo la está cagando día sí día también con la 3DS, primero bajando el precio al mes de sacarla y después añadiéndole un joystick rarazo que se vende aparte.
- "DMC" sigue dándoem náuseas.
- Battlefield 3 está que lo parte con vídeos muy espectaculares. Ojalá acabe siendo mucho más que una copia del modern warfare, y ojalá le dé una hostia a activision en la cara.
- Los medios están muy pesados con PSVita.
Y poco más. Jueguen, jueguen.
jueves, 8 de septiembre de 2011
Ermitaño paranoide
Me encanta la tecnología. Es una de las mejores cosas del siglo XXI. Internet, los videojuegos, la robótica, los escáneres corporales. La tecnología es la hostia.
Sin embargo, últimamente estoy teniendo ramalazos ludistas. Yo, que desearía ser descargado en un androide, renegando de la máxima expresión de la perfección. ¿Qué me está pasando?
El problema es del acceso. De la democracia tecnológica. Ahora, cualquiera puede acceder a las más sofisticadas formas de comunicación (vale, cualquiera con mínima solvencia económica, pero cualquiera en el primer mundo al fin y al cabo). Desde su smartphone o su tablet pueden visitar cientos de miles de páginas, y lo que es peor, opinar. Todo aquél con un teclado puede opinar sobre cualquier cosa, como si El Pueblo entendiera de astronomía, de física, de psicología, de medicina.
Un grupo de facebook que se llame "la homeopatía cura" puede tener perfectamente miles de seguidores. Miles de personas opinan, sin tener ni puta idea, que la homeopatía cura enfermedades y es buena. Y claro, un pobre internauta un día es asaltado por una sugerencia de facebook de este tipo, y puede pensar "si tanta gente lo sigue tiene que ser cierto". Lo mismo pasa, por ejemplo, con grupos homófobos, anti-abortistas y gilipollas en general. El Pueblo opina y el individuo, cada vez más atiborrado de información, es incapaz de digerir y acaba vomitando.
También detesto este gran estudio de mercado gratuito en el que nos vemos envueltos. Desde el historial de webs que visitas hasta los grupos de facebook a los que perteneces, empresas de todo el mundo se frotan las manos mientras piensan "benditos imbéciles". No es ningún secreto que la publicidad es selectiva; no nosotros con ella, sino ella con nosotros. Sospechosamente te llegan anuncios de videojuegos y de miniaturas. Pues la culpa es tuya, que lo sepas.
Desde dónde escribes, dónde te estás tomando un helado, qué estás comiendo. El sueño húmedo del Partido de 1984, sólo que lo hacemos voluntariamente. No hace falta condicionamiento, ni un Gran Enemigo, ni la habitación 101. Fichamos en el VIP'S, le hacemos una foto a lo que hemos comido, nos vamos de compras a Zara (nos enviaron un mail con 5% de descuento) y avisamos a todos nuestros contactos de que dos tipos se lo estaban montando en el probador de al lado.
Cuántos idiomas hablas, qué estudiaste, quiénes son tus familiares, con quién estás saliendo. Qué series te gustan, qué odias, dónde has trabajado. Así es normal que Google quiera hacer una red social, lo que hay ahí vale jodidos millones. Aunque les haya salido el tiro por la culata.
En fin, yo seguiré aquí esperando a que se pueda descargar la conciencia de uno en un cuerpo robótico. Mientras tanto seguiré dándole a los videojuegos, que de eso se trataba, no? Y, en un impresionante ejercicio de auto insulto, con este blog sólo consigo ser una oveja más del gran rebaño. Al menos me lo paso bien insultando a las desarrolladoras, y pienso, ingenuamente, que lo que yo hago no les sirve de nada, que soy una especie de antisistema. Bobo.
Sin embargo, últimamente estoy teniendo ramalazos ludistas. Yo, que desearía ser descargado en un androide, renegando de la máxima expresión de la perfección. ¿Qué me está pasando?
El problema es del acceso. De la democracia tecnológica. Ahora, cualquiera puede acceder a las más sofisticadas formas de comunicación (vale, cualquiera con mínima solvencia económica, pero cualquiera en el primer mundo al fin y al cabo). Desde su smartphone o su tablet pueden visitar cientos de miles de páginas, y lo que es peor, opinar. Todo aquél con un teclado puede opinar sobre cualquier cosa, como si El Pueblo entendiera de astronomía, de física, de psicología, de medicina.
Un grupo de facebook que se llame "la homeopatía cura" puede tener perfectamente miles de seguidores. Miles de personas opinan, sin tener ni puta idea, que la homeopatía cura enfermedades y es buena. Y claro, un pobre internauta un día es asaltado por una sugerencia de facebook de este tipo, y puede pensar "si tanta gente lo sigue tiene que ser cierto". Lo mismo pasa, por ejemplo, con grupos homófobos, anti-abortistas y gilipollas en general. El Pueblo opina y el individuo, cada vez más atiborrado de información, es incapaz de digerir y acaba vomitando.
También detesto este gran estudio de mercado gratuito en el que nos vemos envueltos. Desde el historial de webs que visitas hasta los grupos de facebook a los que perteneces, empresas de todo el mundo se frotan las manos mientras piensan "benditos imbéciles". No es ningún secreto que la publicidad es selectiva; no nosotros con ella, sino ella con nosotros. Sospechosamente te llegan anuncios de videojuegos y de miniaturas. Pues la culpa es tuya, que lo sepas.
Desde dónde escribes, dónde te estás tomando un helado, qué estás comiendo. El sueño húmedo del Partido de 1984, sólo que lo hacemos voluntariamente. No hace falta condicionamiento, ni un Gran Enemigo, ni la habitación 101. Fichamos en el VIP'S, le hacemos una foto a lo que hemos comido, nos vamos de compras a Zara (nos enviaron un mail con 5% de descuento) y avisamos a todos nuestros contactos de que dos tipos se lo estaban montando en el probador de al lado.
Cuántos idiomas hablas, qué estudiaste, quiénes son tus familiares, con quién estás saliendo. Qué series te gustan, qué odias, dónde has trabajado. Así es normal que Google quiera hacer una red social, lo que hay ahí vale jodidos millones. Aunque les haya salido el tiro por la culata.
En fin, yo seguiré aquí esperando a que se pueda descargar la conciencia de uno en un cuerpo robótico. Mientras tanto seguiré dándole a los videojuegos, que de eso se trataba, no? Y, en un impresionante ejercicio de auto insulto, con este blog sólo consigo ser una oveja más del gran rebaño. Al menos me lo paso bien insultando a las desarrolladoras, y pienso, ingenuamente, que lo que yo hago no les sirve de nada, que soy una especie de antisistema. Bobo.
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