Ayer hablaba de la demo de Scott Pilgrim vs. The World. Hoy hablaré del juego.
Sobre las 19:00 comenzó la tarde de juego. Multijugador de 3 y 4 personas (sufrimos bajas durante la aventura), víveres y ganas de viciarse.
El juego es todo lo que escribí ayer multiplicado por siete. Siete niveles a la vieja usanza, con miles de enemigos y un final boss. Recolección de monedas, destrucción de escenario, espadas, bates de béisbol, ladrillos, upgrades, y miles y miles de guiños a la cultura gamer de antaño. Definitivamente, este juego es para aquéllos que poseyeron una mega drive, una snes e incluso un PC tartana. Y para los que se gastaban cientos de PESETAS en las recreativas de la neo-geo. ¿Por qué nadie iba a desarrollar un videojuego con tecnología de hace 20 años? Porque hay un público muy numeroso y crecidito que pagará 10 aueros sin pensar por volver a los viejos tiempos con algunas comodidades de hoy en día (como guardar la partida, por Dios). Porque el acabado es fantástico, porque las referencias son brillantes, y porque el juego es tan divertido y adictivo como los beat 'em up de los 90.
Acabamos a las 7:00 de la mañana, exhaustos y con el malo final aún por pasar. Porque, ¿qué es eso de lo que yo me quejaba tanto? Ah, sí, la dificultad. Pues aquí tenéis, muchachada. Dificultad. No toda la del mundo, pero más de la que podemos esperar hoy en día.
Una puta joya, a disfrutar en compañía.
Un último apunte; unos secuaces y yo hemos empezado un blog sobre warhammer, modelismo y esas cosas que nos gustan tanto. Ea: http://enemigopredilecto.blogspot.com/
Por si pudiera interesarles. La cabecera la ha hecho un hombre que no conozco pero que debe de ser la hostia bendita.
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