Señoras y señores, tengo el inmenso placer de escribir esta entrada, que versa sobre uno de los peores aconteciemientos de la historia de los videojuegos. Es, por supuesto, el nacimiento de la wii.
Mientras Microsoft y Sony se preparaban para la guerra futura, una lavándole la cara a su XBOX y la otra rediseñando su PlayStation, Nintendo decidió que no competiría en ese escenario. Se crearía uno para sí misma, donde sería la reina indiscutible. Mejor ser el rey de la charca que la última mierda del estanque, no? Y así fue que Nintendo desarrolló la wii, una consola mediocre enfocada al gran público y especialmente a los más jóvenes, mientras la verdadera guerra la libraban Microsoft y Sony.
La consola fue un éxito rotundo en ventas, dejando en ridículo a las otras dos consolas. Su asequible precio y su aspecto casual atrajeron a miles de consumidores, y Nintendo puso una wii en cada hogar. Fue la etapa feliz de esta pequeña mierda blanca.
Mediados de 2010, Wii hace tiempo que dejó de vender tanto y PS3 pega muy fuerte, con títulos increíbles. Microsoft está a punto de lanzar Halo: Reach. Además, estas compañías se sacan de la manga accesorios que imitan el comportamiento de la wii, en un alarde de imaginación y revolución del mercado. Para mi sorpresa, el Move de Sony vende muchísimas unidades (aunque Kinetic, de Microsoft, se estanca bastante) y Nintendo hace sonar todas las alarmas.
Wii está acabada. Los casuals se cansaron de ella hace tiempo, y los hardcore ahora tienen upgrades en sus fiables consolas de última generación. No hay espacio ya para ti, mierda blanca. Tus 15 minutes of fame se han esfumado, y ya nadie recuerda los buenos ratos que pasó contigo. Una lástima. Yo no te echaré de menos.
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