sábado, 10 de agosto de 2013

Análisis: Pacific Rim

Señoras.
Señores.

En mis 27 años de vida he visto algunas películas. No muchas, ciertamente; y en general no muy buenas. Como público soy demasiado exigente o demasiado accesible, y nunca se sabe por dónde voy a tirar. Por ejemplo, me encantó J. Edgar (fantástico Di Caprio) y me aburrí con buena parte de El Padrino.
Pero hay excepciones.
Cuando estamos hablando de una película de mechas (robots gigantes) que luchan contra monstruos enormes, dirigida por Guillermo del Toro, me tienes ganado desde el minuto uno.
Debo confesar que tenía un miedo particular con este film. Tenía miedo de que las escenas de lucha se redujeran a una parte mínima del rodaje. De que me colaran un drama mal hecho en el que hay de fondo unos robots.
Mi miedo era infundado.
Es cierto que la película tiene un poco más de conversación de lo que me habría gustado, pero la cantidad de metraje dedicado al fanservice más demencial es suficiente para satisfacer mi paladar.

Entrando un poco más en detalle, la película es una colección de clichés colocados en fila para deleite del expectador medio. Previsible de principio a fin, hasta en algunos de los diálogos. Se acerca a la autoparodia en muchos momentos, con un guión que bien podría haber salido de una sátira en algún capítulo de Los Simpson. Que nadie se engañe: es muy, muy malo.

La actuación va a juego con el guión. Salvando algún que otro personaje, el resto son los ya mencionados clichés en actitudes prototípicas y previsibles. Los amantes del torso masculino gozarán de unos segundos de lucimiento tras el principio de la película que tampoco están de más.

El argumento es tan sólido como solo puede ser en una película de acción descerebrada. Premisa simple que no necesita explicación, y al lío. Si habláramos de un film distinto, quizá con pretensiones más sesudas, hasta podríamos sacar alguna conversación interesante sobre algunos aspectos de la trama; pero no es el caso. Ni falta que hace.

Por esto:



Qué quieren que les diga; esto es lo que fui a ver, y esto es lo que he visto. Si por algún motivo son ustedes alérgicos a películas cuya única premisa es la acción, ni se lo planteen. Ni siquiera si sufren la más mínima molestia ante fuegos artifiiciales sin más motivo que el lucimiento puro y duro de los efectos especiales.
Para el resto de humanos, Pacific Rim es una absoluta y demoledora orgía de acción desenfrenada protagonizada por monstruos y robots de proporciones garganteuescas. Ni más ni menos.

Si mi película preferida no fuera Blade Runner sería Pacific Rim. Sin duda.